No todo es suerte...
- Jose L. Rivero
- 26 abr 2016
- 3 Min. de lectura

-Voy a dedicar una entrada al ave más rápida de nuestro entorno humano, quien no ha vivido alguna vez por estas latitudes el vertiginoso vuelo a ras de pared que ágilmente sortean estas pequeñas aves, perfectamente adaptada a la vida aérea y con una forma aerodinámica de sus alas. Los vencejos comunes (apus apus) son capaces de volar indefinidamente prácticamente durante todo el día y la noche, solo parando para nidificar y reproducirse.
-Su chirriante sonido en vuelo nos advierte de sus acrobáticos vuelos en pareja o en formación de varios individuos, en una perfecta sincronía. Los podemos observar alimentándose de insectos que capturan al vuelo y entrando y saliendo de los huecos de las paredes o tejados donde nidificarán, una y otra vez haciendo prácticamente el mismo recorrido.
-Todo esto me lleva como fotógrafo de naturaleza y fauna a intentar el más difícil todavía con los medios de que dispongo. Obviamente al ser aves pequeñas y en vuelo, necesito un teleobjetivo o tele-zoom, lo más rápido de enfoque posible y luminoso para tener más opciones de sacar con claridad y nitidez a estos bólidos aéreos. No es mi caso ahora que utilicé un 150-600 f5,6-6,3, aunque con el cuerpo de cámara (Nikón D7200) puedo compensar la pérdida de luz con un ISO mayor aun a riesgo de perder algo de calidad y nitidez, pero al menos intentarlo. Para ello utilizar velocidades de obturación rápidas y en manual, velocidades de 1/1250 para arriba, lo que nos permita la luz incidente y el ISO sin producir mucho ruido y así también compensar con un diafragma más cerrado entre f/6´3 hasta f/8 o incluso más en este caso puesto que a veces los quiebros o vuelos frontales son fulminantes. Con equipos mejores como digo se puede compensar con la calidad que nos puedan ofrecer en cuanto a calidad del objetivo y cuerpo de cámara. Tanto es así que incluso cuanta más rapidez en la ráfaga más posibilidades de foco podremos obtener.
-Y no todo es suerte, puesto que influirá la mejor luz incidente en el ave o bien esperar a tenerla, según la hora del día, la climatología, la altitud del vuelo o nuestra colocación de espaldas o laterales al Sol, hasta que veamos la mejor luz en el ave. Esto obviamente no es tan sencillo sino tenemos programado el modo de enfoque continuo y predictivo para no perder de vista al ave, los puntos de enfoque de 9 a 21 para mí, donde he notado más facilidad en no perder foco al pasar por zonas donde pueda distraerme del motivo principal, con contrastes o zonas indeseadas del entorno.
-A partir de estos parámetros mas o menos, suelo primero observar los movimientos del grupo o individuos que suelen repetir con frecuencia, e intentar seguirlos desde la distancia enfocados a sabiendas de que se acercarán al punto donde quiero fotografiarlos, para el eso el servo me ayudará a no perder el foco si el vuelo no tiene demasiados cambios de dirección. Y confiar en que el quiebro rápido que suelen dar al estar más cerca sea lo más tarde posible. Y así, una y otra vez a pulso que es como me gusta a mí, por la rapidez que me permite encontrarlos y apretar la ráfaga hasta que alguna de las muchas salga lo más nítida o a foco posible. No obstante, si lo probáis entenderéis de la dificultad que conlleva clavar alguna con la máxima precisión. Ahora a intentarlo y pasar un rato realmente divertido, aunque cansado eso si.
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